sábado, 8 de mayo de 2021

Diario de la farsa covidiana

En agosto del año pasado escribí algo acá sobre esta farsa covidiota. Ya tenía bien claro que era una farsa, que las medidas “para cuidarte” (acá y en todo el mundo) eran todo mentira, que llevaban otros objetivos, aunque apenas había empezado a escuchar del Gran Reseteo, del Evento 201 y demás. NUNCA USE EL BOZAL, salvo unos minutos dentro del super o algún negocio de idiotas cagones. Todavía creía que de alguna forma, había modificado el virus de la gripe para hacerlo más contagioso y, por simple sentido común, veía la forma de lograr la famosa inmunidad de rebaño. O sea, todavía seguía siendo algo inocente. No había escuchado mucho aún de las antenas 5G y como provocan todo lo que provocan. Incluso dejé de ir a algunos lugares donde se ponían demasiado pesados con el alcoholsito ridículo, y hasta eche a patadas a un repartidor de Andreani que, al aire libre, a pleno sol, embozado y yo sin, me gritaba como una loca histérica “mantenga distancia”. Lo saque cagando delante de todo el mundo, mientras el sinvergüenza se cagab de risa! Veía a los pobres ignorantes caminando solos por la calle con bozal, entrando a la playa también, o andando en bicicleta. Y me daban lástima.

Hoy, a un año y pico de todo este circo, ya no me dan lástima. Por ignorancia, estupidez o vagancia, se convierten en casi enemigos. No tienen ni idea de a que nos lleva esto y gracias a ellos, a su estupidez o su ignorancia o su cobardía, nosotros, los despiertos, vamos a ser víctimas también. Hablamos y escuchamos a médicos despiertos que no pueden entender como tantos de sus colegas no abrieron los ojos ante lo ridículo de toda esta farsa.  Algunos, por no  llamarlos cómplices, hablan de que son subnormales. Concluimos que, no solo en la medicina, sino en la calle en general, estamos rodeados de subnormales. Hablamos de inteligencia, de sentido común. Yo (y muchos más) soy un convencido que, en los ámbitos académicos, te saturan el cerebro de un “conocimiento” direccionado y encorsetado en unas anteojeras tales, que anulan el sentido común capaz de ver fuera de ellos, del que solo pueden escapar aquellos con un cierto nivel de inteligencia, o sea, una minoría. Y si esto es así en gente que es capaz de asimilar el tremendo bagaje de información que requiere cualquier disciplina académica, cuanto más fácil será en la gran masa, a la cual es mucho más fácil calificar de subnormales, que no son capaces de asimilar prácticamente nada. Les ponen una zanahoria adelante y ahí van, como el burro.

Y ahí vamos los despiertos, arrastrados por la manada de ovejas ciegas. Es imposible luchar contra la manada, porque además de su propia incapacidad, están bombardeados 24/7 por una campaña del terror de ingeniería social que apunta directamente a sus emociones, anulando así la poca o nula capacidad de razonamiento que tengan.

Qué destino nos espera a los despiertos entonces? Porque por más intenciones que tengamos, esto difícilmente se pueda parar. Tenemos que juntarnos, sumar fuerzas para intentar todo lo posible, por apoyar a aquellos que tienen más posibilidades de hacer algo en contra, y esperar que, en alguna medida, no terminemos siendo los parias de la sociedad futura.

Sumar, en cada lugar, a todo aquel que pueda ser despertado, aunque cueste. (soy capaz de juntarme hasta con un peronista si se despierta sobre esto). Porque esta realidad que hoy nos han impuesto, aunque si en el fondo está impulsado por una ideología macabra, está mucho más allá de ideologías. Y acá es peor, porque ya no hay ideologías, hay sectas: los peronistas-kirchneristas (que aunque no quieran, son todos lo mismo) y los macristas, que tienen las anteojeras de Macri, Macri, Macri y son incapaces de ver más allá, cuando ni Macri ni NADIE de Juntos por el Cambio se manifestó siquiera minimamente contra la farsa de la plandemia.

Es una cuestión de supervivencia.