lunes, 16 de diciembre de 2013

Las mentiras que vivimos (y aceptamos)


Para cualquier mente medianamente avispada hoy día, es demasiado obvio que la mayor parte de las cosas que vivimos, los argumentos que escuchamos, aquellas “explicaciones” que se dan para justificar las cosas, son mentiras. Esta sociedad capitalista salvaje, que exacerba espantosamente el individualismo, llevando a casi todo el mundo a priorizar asquerosamente SU conveniencia por encima del derecho y la conveniencia de los demás, hace que la mayor parte de los pasos que se dan, se basen en la mentira. Para justificarnos, para no sentir vergüenza, para no admitir que lo que estamos haciendo NO ES CORRECTO, inventamos argumentos que nos justifiquen supuestamente a nuestros ojos. Pero esos argumentos son siempre falaces. Nos los creemos, porque NECESITAMOS convencernos que no estamos actuando mal, pero la realidad es otra.
Obviamente, las mayores mentiras provienen de los sectores dirigentes, de los gobiernos. Así, en nuestro país, se habla de una inflación anual del 25%. No es ninguna novedad que este gobierno se basa absolutamente en mentiras, pero lo interesante es saber identificar esas mentiras, saber encontrarles la verdad, la realidad. Veamos: los índices de inflación SIEMPRE son mentira. No por ejemplo en un país medianamente estable, con un nivel general de vida satisfactorio, con pautas de estabilidad creíbles, y sobre todo, con la gran parte de la población que pueda considerarse incluida dentro de ese nivel de vida. En nuestros países subdesarrollados, con grandes cantidades de población por debajo de los estándares medios, con la mitad de la población desocupada o con empleos precarios, que no contemplan los derechos básicos de los trabajadores, ese índice de inflación es absolutamente falso. Por qué? Porque los índices de inflación se miden contemplando AQUEL nivel de vida medianamente estable. Pero aún allí, en esos países más estables, hay un margen de población que no cuenta dentro de esos índices. Aunque sea menor, a veces casi insignificante, existen, pero no son tomados en cuenta. En nuestros países, utilizando los mismos índices, pero con la mitad de la población que no cuenta con ese estándar de vida medianamente aceptable, lo que se deja afuera, es la mitad de la población, por lo que ese índice es una mentira absoluta. En nuestros países, la inflación REAL no se puede medir tomando en cuenta un estándar medio de vida, porque más de la mitad de la población, no está incluido en esos estándares. En nuestros países, la inflación se debe medir tomando en cuenta lo niveles más bajos de vida. Más claro: Voy a comer un plato de fideos; normalmente, un plato de fideos debería llevar además, salsa de tomates, con cebolla, zanahoria, varios condimentos, tal vez hasta unas nueces, etc, queso. Si tomamos cada uno de los elementos por separado, los fideos aumentaron tanto, las cebollas tanto menos, las nueces nada, el índice de inflación dará, por ejemplo, un número bajo. Pero para aquel que no puede satisfacer sus necesidades básicas, o que apenas puede hacerlo, todo se reduce a lo básico. Y en este caso, lo básico son los fideos. Después, si podemos, le agregaremos algo de salsa, con tomate y alguna cebollita a lo sumo, y si tenemos suerte, queso. Bien, en este caso, la cruda realidad es que los fideos aumentaron, en el año, un 100%. ESA  es la REAL inflación para la mayor parte de la población. A esa gente no le interesa, ni le afecta que aquella cosa superflua, o de lujo, haya aumentado apenas un 15%, y que eso pase a formar parte de ese índice inflacionario falso, promediando aumentos de cosas que, para ellos, no existen. Para ellos, lo único que cuenta es lo básico, y aunque no todas las cosas básicas hayan aumentado en la misma proporción, la REAL inflación, para esa gente, no baja del 50%.
Los comerciantes, los empresarios, a la hora de hablar de aumentos de sueldos, esgrimen también ese índice inflacionario. Todos sabemos que ese índice es mentira, pero… cuando la mentira nos conviene, la transformamos en verdad. Todos sabemos que este gobierno se basa en mentiras, pero, cuando esas mentiras nos convienen, nos favorecen, las convertimos en verdad.
Eso no quiere decir que lo sean. La mentira es siempre la mentira.
Pero esto también se extiende a la mayor parte de nuestros pasos, de nuestro quehacer. Yo estaciono acá porque me es más cómodo, no me importa si molesto, si esta prohibido o significa un estorbo para otro que tiene tanto derecho como yo. Yo puteo si caminando por la vereda piso caca de perro, pero… cuando saco a pasear mi perro, no me preocupo si ensucia la vereda, es problema de otro. Si en este lugar pusieron cartel que dice “no pasar”, y a mí me resulta más cómodo pasar por acá que tener que desviarme un poco, paso por acá, el derecho del otro no me importa en lo más mínimo.
Así vivimos, y sobre todo en lo más cotidiano, si alguna vez intentamos hacer notar a alguien que está cometiendo una falta, o que está avasallando mis derechos… difícilmente obtengamos una rectificación. Lo natural, lo más común, es negarlo, ofenderse, reaccionar agresivamente.

Así vivimos. Rodeados de mentira, y sobre todo, aplaudiendo y aceptando la mentira. 

sábado, 5 de octubre de 2013

Perspectiva

La mayoría de las personas no tienen una mirada con perspectiva. Son como esos caballos o mulas de arreo que les colocan unas anteojeras, para que sólo vean una parte del camino, solo lo que tienen delante. En realidad, no tienen perspectiva en ningún ámbito de la vida, pero vamos a hablar de arte.Así por ejemplo, pueden ver una película policial, bien narrada, correctamente actuada, con su dosis de suspenso, tal vez de terror, tal vez sorpresivamente resuelta (aunque para una mente avezada esta resolusión se vea venir a la legua), y ya están exclamando: Excelente! buenísima! Cuando en realidad, esa historia, apenas un hecho policial sin ningún otro aditivo, apenas merecería seis puntos sobre diez, en el mejor de los casos.
Pongamos un caso literario. Pongamos... al escritor Sthepen King. Nadie, ni el más avezado crítico, pondría en duda las habilidades literarias del señor King. Conoce perfectamente su oficio, sabe narrar brillantemente sus historias, conoce la forma de ir dosificando los ingredientes  de la misma, dificilmente la mayor parte de su producción podría bajar de una calificación de 6, 7 puntos. Pero sus historias... no son más que eso: bien narradas, bien escritas... pero sólo buscan entretener, vender. A nadie del Comite de los Premios Nobel se le ocurriría postular a Sthepen King para el Nobel de Literatura.
Y está bien que así sea. En parte, el cine es una industria de entretenimiento, sólo busca rédito, y parte de la industria literaria es lo mismo. Pero eso, señores, no es arte. En todo caso, es arte menor. O de otra forma, se podría dividir en artes y oficios. Alguien que hiciera este tipo de cine se podría decir que se dedica al oficio de hacer cine. Alguien que escribiera este tipo de literatura, se podría decir que se dedica al oficio de escribir. Y en ambos caso, hay buenos y malos, o mejores y peores, pero son apenas eso, buenos oficios. El arte... el arte es otra cosa; el artista, el verdadero artista, es otra cosa, y el saber apreciarlo sólo lo da el tener la debida perspectiva de las cosas.
Vayamos a otra rama. Un cierto día, apareció un señor Duschamps y expuso un pedazo de mierda, en forma de inodoro, como un objeto artístico. Y detrás aparecieron un montón de snobs calificando eso como arte vanguardista. Eso abrió las puertas para que día a día, miles y miles de snobs "crearan" obras semejantes que, expuestas con la debida pompa y circunstancias, sean consideradas arte. Eso no quita que dejen de ser lo que son: un pedazo de mierda, nada más.
Hoy en día pululan también por montones de escenarios, supuestos "actores" que, con un poco de caradurez y otro poco de labia, se suben a un escenario a decir una sarta de pavadas supuestamente divertidas, a eso se le da en llamar "stand up" y muchos de ellos se consideran actores por hacer eso. Cuando seguramente la mayoría de ellos sería incapaz de representar un verdadero papel sobre un escenario, en una verdadera obra de teatro.
El que crea que cualquier película policial medianamente bien hecha sea sublime, excelente, lo invitaría a ver cualquier capítulo de la serie policial "Law and Order, Special victims Unit", serie realizada para la televisión que, hasta donde tengo conocimiento, lleva 19 temporadas de realización. Cualquier capítulo de la misma es una pequeña joya. Bueno, a lo largo de 19 años, con una veintena de capítulos por año, no absolutamente todos tienen el mismo nivel de excelencia, pero en la gran, gran mayoría, hay tan buenas actuaciones, historias tan bien desarrolladas, con tanta enseñanza sobre la condición humana, que sin lugar a dudas deben encasillarse dentro de lo que se debería considerar arte verdadero. O siguiendo en la pantalla, una mera historia policial, como "Match Point" del genial Woody Allen, tan bien desarrollada, con un final... absolutamente extraordinario, como toda buena película policial que se precie, que desafio a alguien que me diga (dentro del género policial) de alguna mejor que esta.
En lo literario... bueno, para que hablar. Quien crea que alguien, como por ejemplo Sthepen King, es un extraordinario escritor... nunca ha leído litaratura de verdad. Justamente, recien acabo de leer algo que no habia llegado a hacer del genial José Saramago: "Levantado del suelo". Es un texto que... chorrea poesía, se le escapa por todos lados, por los bordes, por sobre las hojas, por encima, por debajo. Poesía, dolor, belleza, sufrimiento, realidad, enseñanza, amor, humanidad, todo desarrollado dentro de lo que es la vida campesina de los llamados latifundios (que podría ser trasladado a tantos ejemplos de hoy dia asimismo), y que muestra, sin tapujos toda la mierda que hay en ellos, y que esa mierda (los ricos) siempre es igual, y siempre será mierda. Suena demasiado comunista? Que sea entonces! Que la verdad es siempre la verdad aunque se intente negarla.
En definitiva, sólo la perspectiva nos da razón de lo que es el verdadero arte. Y hay demasiada gente que nace con anteojeras. Y muere con ellas.


miércoles, 24 de julio de 2013

La Patria berreta

La Patria Berreta    por Fabian Ferrante

La Patria Berreta
Razonamiento, moral,  y otras antigüedades
La campaña política para las PASO muestra un estremecedor escenario populista. El choripan parece ser una especie de Santo Grial electoral, del que todos tratan de beber (o morder) alternativamente, buscando mejorar su porcentaje de adhesiones, y tratando de mimetizarse con lo que se suele denominar pueblo.
La música de cumbia se enseñorea en los spots, ganando la vieja batalla entre la  observación crítica y el movimiento de caderas. Bien latinoamericanos; bien berretas.
Presentan candidatos que no son capaces de articular con claridad un concepto, de  esbozar una idea racional y que exhiben antes sus ultrablancos incisivos centrales, que su entramado neuronal. África, un lujo.
El dolor de ya no ser
Este país fue un país mientras conservó rasgos de la cultura europea, y afán. Fuimos faro de la región por ser, precisamente, diferentes a todos los demás. Fuimos capital cultural de Latinoamérica por conservar la tradición y transmitir experiencias de vida de generación en generación. Eso hace ya mucho tiempo que no existe. Ni a los más jóvenes les interesa adquirir experiencia de los mayores, ni los mayores parecen tener mucho para transmitir, sino, más bien, demasiado por esconder. Omisiones de un pasado personal irrelevante, en defensa propia.
En la región tan solo el uruguayo mantiene a duras penas ese orgullo nacional que lo distingue, resistiéndose a ser considerado apenas un sudaca. Los yoruguas resisten desde el orgullo de haber sido. Los argentinos nos desvanecemos en el dolor de ya no ser. Y todos caminamos al ritmo simple binario de la cumbia en 2 x 2. Demasiado sencillo, nada exigente. Apenas útil para moverse con cierta cadencia erótica. Berreta por donde lo mire.
Parece haber un intención inmodificable de igualar para abajo. La cultura de la villa, la cultura de la bailanta, la cultura de la barra brava. Ese extraño e inexplicable  orgullo por chupar o fumarse. Una cultura autoimpuesta por una sociedad que adopta gustos y tradiciones cada vez más económicas. Falling down.
En la TV, se muestran las denuncias de corrupción más implacables matizadas con culos bamboleantes y chistes de mal gusto. Con puteadas; esas que tanto garpan por ser entrañablemente populares.
Y uno, ya con bastante camino recorrido, comienza a entender que se trata de un destino inevitable. Que la Argentina ha sido condenada al berretismo. A perpetuidad.
Moral y civismo?
De alguna forma, nos han obliterado el orgullo de la realización individual que nos  caracterizó décadas atrás; la ambición por hacer cosas y hacerlas bien. La exigencia de calidad y hasta de cierta excelencia, que tantos argentinos exhibieron ante el mundo, regalándonos muchos de nuestros mejores pergaminos como sociedad, esos que ya a la mayoría ni siquiera les interesan.
Cuesta pensar que este país vuelva a parir un Favaloro, un Soldi, un Borges o un Spinetta. Un Alfredo Palacios, un De la Torre, un Troilo y, hasta me atrevería a decir, un Alfonsín.
Acá es donde uno no puede evitar ver al peronismo como sapiente forjador de nulidades. Cuando asistimos a la primera vez en que un populismo argentino cumple tercer mandato consecutivo, comprendemos que no sólo se han dilapidado reservas económicas, sino también reservas intelectuales, éticas y morales. El populismo es un vicio caro para cualquier sociedad.
La Argentina tiene sus reservas culturales en default. Y la fábrica dejó de producir. El gobierno que venía a hacer la revolución cultural, terminó confundiendo a todos en un pasticcio ideológico de resultado cero. Antes que culturizar, boludizó. Más, aún.
El fanatismo que domina a una gran parte de los argentinos es claro sinónimo de lo que hablamos. O se está a favor de la vulgaridad intelectual del oficialismo, o se está a favor de la vulgaridad intelectual de la oposición. Todos somos rehenes de la vulgaridad ajena, y terminamos haciéndola propia. Vulgaridad mata moral, sabelo.
Han sido abolidos los límites morales autoimpuestos, de modo tal que todo vale a la hora de llevar agua para el molino propio. Así en el kirchnerismo, para pisotear día tras día aquellas supuestas convicciones, cuanto en la oposición, para burlarse impunemente de un bebé, mientras haga reir a la gilada, o para solicitar el voto mediante vaguedades y propuestas nimias.
Es mal camino el camino del vale todo, especialmente cuando es una sociedad entera la que lo toma. Desde el oficialismo o desde la oposición, no nos diferenciamos a la hora de pifiar. Nadie trata de ser superador. El reino del cero a cero de local, como mejor resultado. – No sé, tiramos unos chorizos en la parrilla y listo -.
Es un camino que conduce a la vulnerabilidad social, cuando se permanece en estado de indefensión ante los poderosos. Cuando una imagen vale más que una palabra honesta y razonada.
Es de lo peor que le puede pasar a una sociedad, perder el sentido de la autocrítica, la capacidad de razonamiento individual y la posibilidad de autoimponerse límites claros desde la decencia. Sin afán superador no hay madurez. Sabelo también.
No extraña que las campañas políticas apelen a lo berreta. Al cabo, los líderes políticos son producto del medio que los engendra. Y desde una sociedad berreta es muy difícil proyectar dirigentes que no lo sean.
- Rómpale cultura y tradición a una sociedad, y entonces podrá penetrarla como le plazca.
- Consiga abolir la capacidad de crítica, y tendrá garantizado el fanatismo que necesita para imponerse.
- Vuélvala vulgar, y  la podrá conducir fácilmente con ideas vulgares.

- Trabaje para que las juventudes no cuestionen, y se asegurará un plácido tránsito hacia sus objetivos.
- Pisotee los valores tradicionales, y los tendrá inermes y a su merced.
Había una vez un extraño país que empezó a ser; pero que, de repente, dejó de ser él mismo, y ya nunca más fue.  Los argentinos no eran vulgares, pero por alguna extraña razón, se volvieron dramáticamente berretas. Como atados a un destino de inmolación.
Desde acá, sabemos, que cuando el mundo tira para abajo, es mejor no estar atado a nada…

miércoles, 26 de junio de 2013

Táctica y estrategia


A pesar de que exista un poema famosísimo, y que uno supone conocido por todo el mundo, obviamente hay mucha gente que jamás en su vida leyó poesía. Al menos asi podría enterarse de algunas cosas…
Un día me cruzo por la calle con un amigo ajedrecista. Este hombre, jugador apenas mediocre, conoce los rudimentos del ajedrez, es muy voluntarioso, muy entusiasta, enseña ajedrez a los chicos en colegios del pueblo. Digamos que, dado si nivel de inteligencia, juega muy bien. Juega… hasta donde le da. Obviamente, no va a sacar ningún campeón mundial, ni siquiera un buen jugador, porque no tiene la suficiente capacidad para guiarlo mucho más allá de lo elemental casi. De todas maneras es muy loable lo que hace.
Ocurre que este hombre, me cuenta que está leyendo la biografía del campeón mundial Garry Kasparov y está entusiasmadísimo. Hasta allí, todo bien. Pero luego me dice que entre otras cosas, leyendo ese libro se entera que estrategia y táctica son dos cosas distintas.
Yo me quedé helado mirándolo. Puede un jugador de ajedrez ignorar esto? Es más, cómo hace, alguien que lo ignora, para poder jugar, y digamos además, medianamente bien?
En este caso, concluí que, si bien concientemente lo ignora, en el fondo conoce la diferencia aunque no la sepa. Porque, aunque rudimentariamente, sabe que en determinada posición tiene que utilizar determinada estrategia, apuntar hacia aquí o hacia allá, y que tácticamente dispone de tales o cuales recursos, que su táctica (sus jugadas) tienen que apuntar hacia determinado lugar.
De todas maneras, la idea me siguió rondando la cabeza mucho tiempo. Veamos:
 Estrategia: Una estrategia es un conjunto de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo que se llevan a cabo para lograr un determinado fin.
Táctica: Es el sistema o método que se desarrolla para ejecutar u obtener algo. El término también se usa para nombrar la habilidad para aplicar dicho sistema.
Simplificando, la estrategia sería la idea. La táctica, las herramientas, las acciones para llevarla a cabo.
Seguía con la idea en la cabeza mientras veía, en el lugar de trabajo, como año tras año, en un negocio más que redituable, los dueños siempre estaban penando, siempre disconformes, sin lograr estabilizarse.
Finalmente, caí en la cuenta de que, evidentemente, esta gente padecía esto porque no tenía una estrategia definida. Ante cada circunstancia, ante cada inconveniente, actuaban tácticamente, tratando de salir del paso. Pero sin pensar claramente a donde apuntar. Apenas, salir adelante. Obviamente, el negocio es taaannn redituable, que aún siguen en pie, y seguirán seguramente. Pero dudo que alguna vez, como deberían.
Táctica y estrategia no son dos conceptos abstractos, no son cosas que se pueden o no utilizar. Son puntos de partida básicos, no ya para un juego de ajedrez, o un negocio. Son básicos para cualquier tipo de acción que un ser humano desee realizar. Obviamente, la mayoría de la gente los desconoce. No los aplica verdaderamente. Apenas, algunos, tendrán una idea vaga de que es lo que quieren, apenas aproximada, general, y responden tácticamente ante las circunstancias que les presenta la vida tratando de apuntar hacia ese –vago- objetivo. Como la idea no está perfectamente definida, cuando creen que alcanzaron algo, que más o menos se asemeja a lo que querían, se dan por satisfechos. Y pueden permanecer así durante un tiempo incluso prolongado, hasta que un día se dan cuenta… que no es así como lo querían.
Mírenme, filosofando sobre estos temas! Yo llegué aquí con un objetivo bien definido, y fui obrando de acuerdo a las circunstancias hasta alcanzarlo. Y vaya que dio resultado, y por bastante tiempo!
Sin embargo hoy, está agotado. Será que falló mi idea original?

O será que las estrategias tienen también un plazo de vencimiento?
Pero ese, será otro tema.



miércoles, 13 de febrero de 2013

Sugar man

Sixto Rodriguez - The stablishment blues

En la próxima entrega de los Oscars, se encuentra nominado para mejor documental el filme que cuenta la increible historia de esta suerte de Dylan desconocido. Habiéndolo visto, y escuchando sus letras sobre todo, me di cuenta que este hombre... merece conocerse. Quienes deseen ver el documental para enterarse más, pueden acceder a mayores datos en mi blog de cine www.extranios-enelparaiso.blogspot, o si quieren bajar directamente el documental: 

http://adf.ly/IzrGZ y los subtítulos: http://adf.ly/IzrHt


Pero esto no es todo: estas letras merecen conocerse en castellano, para que puedan disfrutarla aquellos que no
entienden el ingles. Y como una tiene una genia-amiga del alma pofesora de ingles, traductora y demás, aqui va 
la primera muestra, la traducción de este Blues del stablishment.
Vendrán muchas más, porque realmente vale la pena. Ya habrá más novedades.
THE ESTABLISHMENT BLUES

El alcalde oculta los porcentajes de crímenes
La consejal titubea
El público se pone furioso pero se olvida de ir a votar
El pronosticador del clima se queja,
Anunció soleado y esta lloviendo.
Todo el mundo protesta,
El novio le sigue diciendo
Vos no sos como el resto.

No recogen la basura, las mujeres no están protegidas
Los políticos usando a la gente, se han estado abusando
La mafia crece y crece como la polución en el río
Y vos me decís que es lo que está de moda.

Me desperté esta mañana con dolor de cabeza
Me tiré la ropa encima mientras me arrastraba fuera de la cama
Abrí la ventana para escuchar las noticias
Pero todo lo que escuché fue el blues del Establishment.

La venta de armas está en aumento,
Las amas de casa encuentran sus vidas cada vez más aburridas
El divorcio es la única respuesta,
El fumar causa cáncer
Este sistema va a derrumbarse pronto
Ante la presión de una melodía joven y enojada
Y eso es un hecho frío y concreto.

El papa hunde a la población,
Libertad ante los impuestos
Las adolescentes están en problemas, bebiendo en los semáforos
La minifalda está coqueteando no puedo parar
Entonces me hago daño
La solterona vende sus penosos pechos.

El adulterio se juega en la cocina, canas racistas…nada de ficción
El hombre común es abusado, los hijos y el dinero reclutados
Vivir poco, una nueva guerra en el este
Puedes pasar el Test de Rorschach?

Es un lío, es una hipótesis fundamentada
En verdad, me importa un pito.

Traducción:fariasclaudi