Puestos a pensar lo que sucedió ayer, no hay que dejarse
llevar por primeras impresiones. Porque no todo es lo que parece.
En primer lugar, la gran ganadora casi en las sombras de
ayer, es la Señora Elisa Carrio. Fue ella la que, en pleno acto público, le dio
la espalda a un autoritario y retrógrado Pino Solanas y fue a buscar a Mauricio
Macri. No me cabe ninguna duda que Lilita, en su fuero intimo, suponía llegar a
una interna con Macri (y también con Sanz, que seguramente no tendría mucho
peso) ganarle esa interna a Macri y ser
ella la candidata a presidente por Cambiemos. Desgraciadamente no fue así (creo
que hoy estaríamos viviendo una historia diferente), pero ella tenía bien en
claro los objetivos: En primer lugar, había que terminar con el autoritarismo,
con la división, con la burla de todos los poderes y de todos los que no
pensaran igual, con la corrupción. Cerró la boca entonces y se encolumno detrás
de Mauricio Macri, porque era la única opción que hacia factible esto.
Y le salió bien. Ganó Macri nomás. Pero atención, que no
todo lo que reluce es oro. Ganó Macri, si, pero si uno mira el mapa general, se
ve que de las 24 provincias, en 15 ganó Scioli. Qué indica esto?
Muchos piensan que el kirchnerismo recibió el certificado de
defunción ayer. Se equivocan. En realidad, el verdadero certificado lo recibió
el 25 de octubre. El 25 de octubre, había demasiadas posibilidades de que
Scioli llegara al tan ansiado 40% y ganara en primera vuelta. Y entonces sí, el
que ganaba era el kirchnerismo, no Scioli. Pero el peronismo está harto de la
señora, y se lo demostró en las urnas. No ganó Scioli. Tuvo que ir a un
ballotage. Y aunque la señora no lo quería dejar despegarse, ya no era el
candidato del kirchnerismo. La gente miraba las boletas y veía: Scioli
(peronista) y Macri (derecha). Y en la mayor parte del país… ganó el peronismo,
como casi siempre. Aunque no en la general, porque el grueso de la gente
entendió que lo más importante, era la idea de Carrio, de rescatar las
instituciones fundamentalmente. Algo que, con el peronismo… hummm….
Otro ganador entonces, desde atrás, es Sergio Massa. Muerto
el kirchnerismo, Massa aparece como el peronista más fuerte. Si Macri no
realiza una buena gestión, que le permita una reelección, entonces Sergio
Massa, si mantiene una actitud coherente, tendrá grandes posibilidades de ser
el próximo presidente en el 2019. Pero sería demasiado aventurado pensar hoy a
tan largo plazo.
Lo más paradójico de esta elección es que si, el gran aporte
para posibilitar el triunfo de Macri, vino de la provincia de Córdoba. Y en Córdoba
si, la mayor parte de los votos fueron contra el kirchnerismo. Fue la provincia
más castigada por este gobierno, la que más sufrió. Y se lo hizo pagar.
Qué queda a futuro? Para Cambiemos, pero sobre todo para
Macri, una gestión que tendrá que caminar con pies de plomo, buscando acuerdos,
gobernabilidad, y llegar a destino sin haberse echado en contra al pueblo. Por
más que sus ideas sean demasiado poco agradables para el grueso de la gente,
creo que tiene el pragmatismo suficiente como para poder lograrlo. Se verá. Y para Cambiemos en general… aparecerá
alguien, la misma Carrio, algún radical con posibilidades, que pueda enfrentar
en unas PASO futuras a Macri para desbancarlo? Habrá que verlo también.
Para la gente en general, que se aprenda de una vez, que ya
no es cuestión de izquierdas o derechas, que hoy hay que tener una visión más
amplia, más democrática, el mundo NO ES MAS el de los 70! Y que ya es hora de
que aprendamos que no se vota con el bolsillo, que eso es de una mezquindad
asquerosa. Que si uno cree que con este o con el otro, a uno le va a ir mejor
económicamente “en teoría”, aunque le vaya mucho peor a las instituciones, a la
república en general, a la gobernabilidad, entonces… es mentira que les va a ir
mejor!
Y para el peronismo, la posibilidad de que al fin, de una
vez por todas, aprendan la lección: no se puede ir demasiado lejos con el
personalismo, con el autoritarismo, con ese creerse los salvadores del mundo
contra todos. Nunca aprendieron esa lección, y cuesta creer que lo hagan alguna
vez. Pero… la esperanza es lo último que se pierde.