lunes, 23 de noviembre de 2015

Quién ganó? Quién perdió?

Puestos a pensar lo que sucedió ayer, no hay que dejarse llevar por primeras impresiones. Porque no todo es lo que parece.
En primer lugar, la gran ganadora casi en las sombras de ayer, es la Señora Elisa Carrio. Fue ella la que, en pleno acto público, le dio la espalda a un autoritario y retrógrado Pino Solanas y fue a buscar a Mauricio Macri. No me cabe ninguna duda que Lilita, en su fuero intimo, suponía llegar a una interna con Macri (y también con Sanz, que seguramente no tendría mucho peso)  ganarle esa interna a Macri y ser ella la candidata a presidente por Cambiemos. Desgraciadamente no fue así (creo que hoy estaríamos viviendo una historia diferente), pero ella tenía bien en claro los objetivos: En primer lugar, había que terminar con el autoritarismo, con la división, con la burla de todos los poderes y de todos los que no pensaran igual, con la corrupción. Cerró la boca entonces y se encolumno detrás de Mauricio Macri, porque era la única opción que hacia factible esto.
Y le salió bien. Ganó Macri nomás. Pero atención, que no todo lo que reluce es oro. Ganó Macri, si, pero si uno mira el mapa general, se ve que de las 24 provincias, en 15 ganó Scioli. Qué indica esto?
Muchos piensan que el kirchnerismo recibió el certificado de defunción ayer. Se equivocan. En realidad, el verdadero certificado lo recibió el 25 de octubre. El 25 de octubre, había demasiadas posibilidades de que Scioli llegara al tan ansiado 40% y ganara en primera vuelta. Y entonces sí, el que ganaba era el kirchnerismo, no Scioli. Pero el peronismo está harto de la señora, y se lo demostró en las urnas. No ganó Scioli. Tuvo que ir a un ballotage. Y aunque la señora no lo quería dejar despegarse, ya no era el candidato del kirchnerismo. La gente miraba las boletas y veía: Scioli (peronista) y Macri (derecha). Y en la mayor parte del país… ganó el peronismo, como casi siempre. Aunque no en la general, porque el grueso de la gente entendió que lo más importante, era la idea de Carrio, de rescatar las instituciones fundamentalmente. Algo que, con el peronismo… hummm….
Otro ganador entonces, desde atrás, es Sergio Massa. Muerto el kirchnerismo, Massa aparece como el peronista más fuerte. Si Macri no realiza una buena gestión, que le permita una reelección, entonces Sergio Massa, si mantiene una actitud coherente, tendrá grandes posibilidades de ser el próximo presidente en el 2019. Pero sería demasiado aventurado pensar hoy a tan largo plazo.
Lo más paradójico de esta elección es que si, el gran aporte para posibilitar el triunfo de Macri, vino de la provincia de Córdoba. Y en Córdoba si, la mayor parte de los votos fueron contra el kirchnerismo. Fue la provincia más castigada por este gobierno, la que más sufrió. Y se lo hizo pagar.
Qué queda a futuro? Para Cambiemos, pero sobre todo para Macri, una gestión que tendrá que caminar con pies de plomo, buscando acuerdos, gobernabilidad, y llegar a destino sin haberse echado en contra al pueblo. Por más que sus ideas sean demasiado poco agradables para el grueso de la gente, creo que tiene el pragmatismo suficiente como para poder lograrlo. Se verá.  Y para Cambiemos en general… aparecerá alguien, la misma Carrio, algún radical con posibilidades, que pueda enfrentar en unas PASO futuras a Macri para desbancarlo? Habrá que verlo también.
Para la gente en general, que se aprenda de una vez, que ya no es cuestión de izquierdas o derechas, que hoy hay que tener una visión más amplia, más democrática, el mundo NO ES MAS el de los 70! Y que ya es hora de que aprendamos que no se vota con el bolsillo, que eso es de una mezquindad asquerosa. Que si uno cree que con este o con el otro, a uno le va a ir mejor económicamente “en teoría”, aunque le vaya mucho peor a las instituciones, a la república en general, a la gobernabilidad, entonces… es mentira que les va a ir mejor!
Y para el peronismo, la posibilidad de que al fin, de una vez por todas, aprendan la lección: no se puede ir demasiado lejos con el personalismo, con el autoritarismo, con ese creerse los salvadores del mundo contra todos. Nunca aprendieron esa lección, y cuesta creer que lo hagan alguna vez. Pero… la esperanza es lo último que se pierde.