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Estos, y millones de ejemplos similares,
podrían ser protagonizados por la mayor
parte de las personas que diariamente nos cruzamos por la calle. Estos, y
millares de ejemplos similares, ejemplos que vemos a diario y que prácticamente
se nos estrellan en la cara, son un incuestionable muestrario del estado mental
de gran parte de nuestra población. A cada momento, en el instante menos
esperado, de personas que incluso suponemos de cierta inteligencia, podemos
encontrarnos con una de estas respuestas, con una de estas situaciones, o
similares.
Son una clara muestra del nivel de ignorancia,
del nivel de desidia, de incapacidad, de ineptitud, de desinteres por todo.
Pero por encima de todo eso, son una clara muestra de algo que, a esta altura,
ya resulta aterrador: la incapacidad de razonar, de pensar. Muchos
podrán decir que esto es consecuencia de una larga y concienzuda campaña de
des-educación orquestada por los grandes estados dominantes. Este pensamiento
denunciará el posicionamiento de extrema izquierda de quienes lo esgrimen, y
ciertamente es en parte cierto. Pero aún hay algo más por detrás de ello.
Porque si ampliamos un poco nuestro foco de observación, concluiremos que esto
mismo, este fenómeno de incapacidad cada vez más generalizada, no es propiedad
exclusiva nuestra, ni de nuestros países subdesarrollados por voluntad de los
estados dominantes. Porque dentro de estos mismos países, fuera de una cierta
elite que goza de los privilegios de unos pocos, una masa cada vez más
generalizada, acusa progresivamente un estado mental similar. La raíz de todo
esto, tiene un origen mucho más profundo: La raíz se encuentra, en el mismo
génesis del capitalismo salvaje que hoy reina en todo el mundo. Capitalismo
salvaje que, para poder subsistir, para poder ampliar cada vez más el poder y
los privilegios de esa pequeña elite dominante, necesita, indispensablemente,
de esa gran masa ignorante, incapaz de pensar, de analizar, de tener capacidad
de raciocinio. De otra forma, el capitalismo no podría existir. Para poder
sobrevivir, necesita, si o si, de grandes masas para explotar.
Pero, para poder engendrar, y mantener esas
masas existentes, necesita también de la crisis de valores que cada día se hace
más y más evidente. Y para poder incentivar cada vez más esta disvalorización,
tiene una herramienta fundamental, y aquí llegamos a lo que, personalmente,
creo que es la esencia misma del lamentable estado de la civilización actual.
Esa herramienta, esencial para el manejo y el mantenimiento del trastocamiento
de los valores fundamentales, es el dinero. La creación del dinero es la peor
de las creaciones de la historia de la raza humana.
Desde el momento que todo tiene un valor,
desde el momento en que todo tiene un precio, todos los valores fundamentales
se ven trastocados. Una vez que le pongo precio a una cosa, el valor
fundamental pasa a ser ese precio, por encima de la cosa misma. Y esto se
aplica aún a las personas mismas, no sólo a las cosas. Y allí comienza la
decadencia absoluta.
Pero volviendo a nuestras republiquetas
bananeras, en los ejemplos recopilados arriba, al inicio de esta nota,
recopilación extraída de las redes sociales, vemos que cada uno de estos
ejemplos, finalizan con el paréntesis donde se dice que toda esa gente, incapaz
de pensar, incapaz del razonamiento más elemental, también vota. Vota y
posibilita que, en el caso de nuestro país, se haya hecho con el poder toda una
banda de delincuentes que no tiene parangón en nuestra historia.
Toda esa gente es incapaz de reconocer una
verdad de Perogrullo. Una verdad que dice: “Es posible que malas personas sean
capaces de tener buenas intensiones?” Una verdad tan elemental, que ni siquiera
es necesario explicarla, argumentarla. Una verdad que se contesta por sí sola.
Sin embargo, hay personas que, aún así, son capaces de pensar que si, que es
posible. Obviamente, algo funciona mal en las cabezas de esas gentes. Ven como
cada día mienten descaradamente, como cada día se desdicen alegremente de lo
que dijeron el día anterior (o en todo caso el año anterior, porque piensan que
la masa idiota ya ni sabe lo que pasó o dijeron ya no el año anterior, sino el
día anterior), ven como cada día destruyen más y más la industria nacional, la
clase media que siempre paga los platos rotos de su ignorancia y su incapacidad
para crear ni siquiera una medida progresista, como cada día regalan más y más
plata de subsidios a las grandes empresas, sin exigirles nada a cambio, y a
enormes masas de ignorantes e incapaces, supuestamente para “sacarlos de la
pobreza” (cuando en realidad solo les interesa mantenerlos apenas vivos para
que los voten),ven como cada día insultan, agreden e incluso persiguen a todos
aquellos que no piensan como ellos, que denuncian sus incapacidades… y aún así,
algunos piensan que gentes de esta calaña pueden, en algún rincón, tener buenas
intensiones. Esa clase de gente vive con valores tan trastocados, tan
tergiversados que, aún si remotamente quisieran, no podrían hacer nada que
favorezca verdaderamente a la población. La población, la plebe, para ellos es
basura, es gente inferior, sin valor, es apenas un instrumento que dominar para
mantener su poder. Ese es el verdadero valor con el que se manejan. Y así
actúan.
Porque viendo el pasado de los actores
principales del actual gobierno, desde el primero hasta el último, sólo vemos
corrupción, enriquecimientos ilícitos, autoritarismo, soberbia, intolerancia,
etc., etc., etc. ¿Qué otra cosa podíamos
esperar que esta realidad de destrucción, de decadencia absoluta en que está
sumergido nuestro país? Si en la vereda de enfrente, entre los opositores,
vemos: por la extrema izquierda, siempre los mismos argumentos de confrontación
absoluta, siempre de combate; aunque digan la verdad más absoluta, la presentan
en forma tan de barricada, que nunca nadie los va a escuchar, porque no
entienden que la gente, el grueso de la masa, lo que menos quiere, es la
violencia, y eso es lo que propugnan casi siempre. Por el lado de los más
moderados, una mezcla casi inocente de ignorar casi que el principal problema es
la corrupción reinante y lo primero que hay que unirse para cortar, en lugar de
estar buscando un lugarcito en donde posicionarse ellos para un futuro,
mezclado esto con una mordaza absoluta en que los ha colocado la mafia
reinante, tanto en la justicia, como en el congreso, etc. Y por último, en los
de derecha… bueno, lo de siempre, si son los más inmersos en esa macro-realidad
sucia del resto del mundo.
Obviamente, encontrar una salida a esta
realidad lastimosa que vivimos hoy aquí, es más que difícil. Principalmente,
porque esta, nuestra micro-realidad, está inmersa, y es posible, por esa otra
macro-realidad que involucra a toda la humanidad, esa macro-realidad que hace
al trastocamiento absoluto de los principales valores morales.
Solo enfocándonos desde allí, desde el rescate
verdadero de esos valores, es desde donde podremos, tal vez milagrosamente,
encontrar alguna vez un camino mejor.
Pero claro, inmersos a la vez dentro de esta
macro-realidad mundial, es casi utópico soñarlo.