El Sr. Dolina pretende hacernos
creer en la “pureza” del modelo. El Sr. Dolina parece que no se enteró que lo único
“puro” que había en el modelo, eran puros ladrones, que se afanaron hasta el
papel higiénico en todas las dependencias del país donde estuvieron. El Sr. Dolina parece que no se enteró que
mientras le regalaban gas y electricidad a los porteños, el país lo pagaba
muchísimo más caro, y además, no se hacía ninguna inversión en
infraestructuras, por lo que ahora padecemos una crisis energética de la cual
será muy difícil salir. El Sr. Dolina parece que no se enteró que una cierta
señora, antes tomada como ejemplo, se asoció con un asesino y delincuente para
construir viviendas, se robó toda la plata, y además no pierde oportunidad de
demostrar lo que verdaderamente fue siempre, una golpista que jamás creyó en la
democracia. El Sr. Dolina parece que no se enteró de que todas las “supuestas”
inauguraciones hechas por cadena nacional, eran todas truchas, que prácticamente
nada de eso existe en realidad. El Sr. Dolina parece que nunca se enteró que la
única forma que tiene su partido de llevar gente a las marchas, es pagándoles,
porque jamás tuvieron militantes, sino complices de tropelías e idiotas útiles
por dos pesos. El Sr. Dolina parece que nunca se enteró que mientras en otros
países caían bombas atómicas y hoy son potencia mundial, en el nuestro aparecía
un siniestro personaje vestido de milico y a partir de entonces lo único que
aumenta en nuestro país son las villas miserias. El Sr. Dolina parece que ha
vivido toda su vida en otro planeta. El Sr. Dolina, al menos, podría tener la
decencia y la vergüenza de callarse la boca y no seguir envenenando la mente de
nadie más, que con la suya ya tenemos bastante.