domingo, 23 de diciembre de 2012

LA HORA DE LOS HORNOS


No justifico a los saqueadores, ni trato de justificar lo injustificable. Pero si trato de entender. No a los instigadores, a los que, o sean más que el fiel reflejo deobviamente, organizaron todo lo ocurrido en estos días, esos sólo merecen el peor de los castigos, aunque desde su ignorancia y su incapacidad no sean más que el fiel reflejo de aquellos en quienes creen, aquellos que, desde una situación de poder absoluto, realizan día a día, impunemente y riéndose en nuestras caras (y hasta por cadena nacional). Trato de entender (y deberíamos todos) a aquellos que, viendo la oportunidad... "aprovecharon la volada". Aquellos que, hartos de su miseria, de su "hacer lo que se pueda para sobrevivir", aquellos que, con sus valores morales totalmente trastocados como para entender que ese no era el camino, porque apenas tienen tiempo de intentar sobrevivir, aunque sea como animales, ¿de qué valores morales podemos hablarles?, se sumaron a las huestes para llevarse... algo para comer, o un cajón de cerveza o, por qué no? un LCD, si era su oportunidad de poder acceder a algo que nunca podrán llegar a tener. Mañana... mañana verán que hacer, que van a comer, o intentarán venderlo por dos pesos para obtener el alivio pasajero que ni el gobierno, ni la sociedad les brindan nunca. Mañana, si están vivos.
Porque más de uno murió en el intento. Ni siquiera sabemos, ni sabremos, seguramente, cuantos fueron. Para la gran mayoría, qué importa? "si son unos negros de mierda que no valen nada". Yo también, muchas veces, me dejo llevar y pienso asi. A eso nos han llevado.
Este gobierno, más que ningún otro en la historia, nos ha llevado al borde del estar... todos contra todos. Ellos lo orquestaron, ellos lo instigaron día a día, con sus bravatas, con su impunidad, con sus persecuciones, con su corrupción moral e intelectual, con su incapacidad supina. Y con la enorme orda de idiotas útiles que les aplauden cada corruptela, aplaudidores estúpidos que más parecen una secta de fanáticos enfermos con el cerebro lavado, que seres pensantes y con algún dejo de valores morales.
Señores: murió gente!!!!! Y no importa ya de qué condición, en qué circunstancias, si era culpable o inocente, si robó o era una de las víctimas de los robos. Murió gente y a eso nos están arrastrando estos delincuentes desde la Casa Rosada (que a esta altura ya debería ser roja de verguenza): a que estemos al borde de un todos contra todos sin garantías para nadie.
Murió gente y la Karancha mayor está escondida en Calafate muerta de risa y empastillándose para seguir vendiendo su mundo de fantasías delirantes. Murió gente y la rata miserable de Abal Medina se calla la boca ahora, igual que el Animal Fernandez o el mafioso Moreno. 
Y nosotros? Todos nosotros, los demás, los que laburamos todos los días, los que estudiamos para tratar de ser mejores, los que soñamos conque alguna vez, este país sea lo que debería ser, qué vamos a hacer? A callarnos la boca también?
Me gustaría soñar con una gran pueblada que vaya a buscarlos, uno por uno, a todos lo secuaces de esta banda de delincuentes, y los cuelgue en la Plaza de Mayo, que es lo mínimo que merecen. Pero no. Sé que no va a ocurrir y que tampoco debería.
Pero si es hora de que tratemos de entender que si hay que hacer algo, para no permitirles que nos sigan llevando a la destrucción que pretenden.
Porque sino... llegará... la hora de los hornos.

sábado, 1 de diciembre de 2012

GRACIAS, SEÑORA PRESIDENTA
Gracias, señora presidenta. Muchas gracias. Un millón de gracias (a Ud. que le gusta tanto amarrocar millones para proteger el futuro de sus hijitos -Inútiles para Todo Servicio, ya que también le gusta tanto recurrir a términos militares, tales como "los soldados de" etc.) Muchísimas gracias porque, para los que no entendíamos de qué iba este gobierno, para los que, sin comprender demasiado, albergábamos la leve -muy leve, por cierto, o... no tanto, bah- sospecha de que más que una asociación de ideas, se trataba de una asociación ilícita, Ud., sólo Ud., con su esclarecida voz que diariamente nos regala por la cadena del inodoro nacional, Ud. solita, sin ayuda de nadie - porque NADIE puede más que Ud., nos ha esclarecido definitivamente sobre lo que ocurre en nuestro maltratado país. Ud., tan sólo Ud., ha encontrado el término exacto que la define a Ud., y a todos los que la acompañan. Ud., y tan sólo Ud., ha dado con la palabra justa, correcta, perfectamente a medida, a través de la cual pasarán a formar parte de la Historia Argentina. Ud. y tan sólo Ud. -aunque en verdad intentó referirse a los pobres infelices jubilados a los que Ud. les ha robado tanto- encontró LA PALABRA QUE LOS DEFINE. Ya no será necesario hablar de los kukas, los K, ni nada de eso. A partir de ahora, y gracias una vez más a su esclarecida voz, podremos referirnos a Ustedes como lo que realmente son: CARANCHOS. Y haciendo "honor" a su apellido - y con permiso de la Real Academia Española, pasarán a la historia como lo que es su verdaderaq esencia: LOS KARANCHOS.
Una vez más, señora presidenta, gracias, y que Dios le de el fin que estos asquerosos animalejos a los que Ud. y sus secuaces representan, merecen: lento, muy lento, y con mucho, mucho sufrimiento.