Cuando ayer escribí en la red social esto: "Los surrealistas, Kafka, Orwell y algunos otros, fueron enviados de algún lado para alertarnos sobre el futuro. No entendimos el mensaje, y caminamos alegremente hacia la mierda!”, ya estaba masticando esta nota. Que se alinea también con las aberraciones que padecemos diariamente de esta dictadura asesina e ignorante, también con las declaraciones políticamente ¿incorrectas? de la ministra de cultura Acuña. Es “incorrecto” decir una verdad inconstrastable? Una verdad que sabemos todos lo que no nos tragamos este relato perverso que ya lleva 75 años? Quien piense así, ya sabe donde se puede meter esos “pensamientos”. Y termina de alinearse con la serie “Los favoritos de Midas”, que parte de un cuento de Jack London y me hace incluirlo en la lista del texto de arriba, porque su relato (salvando las distancias) parece una anticipación de los Bill Gates y Soros de hoy, artífices del Nuevo Orden Mundial que nos quieren imponer y del que muchos parecen no tener ni noción. En realidad, es la continuidad de un pensamiento de siempre, pero estos últimos tiempos reafirman cada vez más. Y seguramente a muchos no les gustara esto, pero me tiene absolutamente sin cuidado. Habrá que ver quien tiene la amplitud mental para aceptar cosas que no les gustan.
Una funcionaria contra los “discursos del odio” reivindicando a la organización
MONTONEROS!!!!!! El gobernador de la provincia diciendo una barbaridad tras
otra sin la menor vergüenza, obviamente, si no tiene la más mínima dignidad
porque no tiene cerebro. Una intendente que es un continuo insulto para los
habitantes de su distrito. Señores feudales que los más digno que merecerían
sería un pelotón de fusilamiento. Señores y señoras provida con discursos
realmente repugnantes contra los que piensan distinto. Y finalmente un Papa que
padece las dos enfermedades: la religiosa y la ideológica.
Porque eso es en definitiva lo que son: cuasi enfermedades.
Quien se expresa, quien se manifiesta a través de un dogma religioso, o
ideológico, ha dejado de hacerlo como ser humano. Se ha transformado en apenas
un instrumento de ese dogma. Y no hay dogma que deba ser considerado por encima
de lo que es lo esencialmente humano.
Los dogmas pueden servir, pero lo primero que hacen es cerrar
la mente, brindar una visión parcial. Si hablamos de religión, podés intentar
ser la mejor persona, pero si no sos capaz de separarte de tu dogma, tu visión
es muy reducida. Por supuesto que cualquiera tiene el derecho de pensar y creer
en lo que sea, pero si crees en un dogma, compartilo con quien lo comparte, no
me vengas a hablar a mi de dios o santitos y virgencitas, porque desprecio las
religiones, son inventos creados para la manipulación, simplemente. Esta bien,
te respeto mientras me respetes, yo no te voy a hablar en contra sabiendo que
vos crees en eso. Pero siempre voy a estar alerta, para ver cuando me hablas
como PERSONA, y no como mero instrumento de tu dogma.
Con las ideologías pasa lo mismo, aunque en general, es mucho
más peligroso, y sobremanera cuando se fanatiza. Quien adscribe a una
ideología, mayormente tiende a desacreditar y a descreer de la contraria, a
sesgar su visión basándose en el dogma al que adscribe. Puede discursear y
decir que acepta otra visión, que tolera que otro piense distinto, pero en
definitiva, no acepta realmente nada que venga de un dogma contrario. Todo lo
que venga de allí, es puesto automáticamente un escalón por debajo. Y así, se
termina anulando lo humano en el otro, Por supuesto, hablamos de ideologías “sanas”,
o al menos, aceptadas como tales por las mayorías, por imperfectas que sean.
Con ideologías que apoyan las barbaries, no hay diálogo posible.
Quizás puedan decirme que estas ideas parten a su vez de
algún dogma impuesto. Nada más errado. Más bien podría decir que es todo lo
contrario, pues en mi formación, lejos estuve de recibir mensajes
antireligiosos, y en cuanto a lo ideológico, menos aún, casi todo lo contrario,
escuchando de pequeño los discursos de Fidel Castro, y viendo acciones de
adhesión, o de simpatía hacia Perón. Siempre digo lo mismo, desde que tengo uso
de razón más o menos consciente: yo nací anarquista y poeta, desde siempre.
Quienes escuchan la palabra anarquismo, automáticamente piensan en bombas, en
destrucción. La mayor influencia que tuve en esta creencia, fue haber leído una
frase de Giovanni Papini: “Para que el anarquismo sea posible, deberíamos ser todos justos”. La
utopía de las utopías. Pero mucho antes ya lo era. Los liberales deberían saber
cuán cerca del anarquismo están sus ideas, Porque más allá de que la civilización se ha “desarrollado” en su mayor
parte en base al idealismo liberal, es un idealismo que se basa
fundamentalmente en el ideario darwiniano de la supervivencia del más apto, lo
que ha creado una civilización con millones de millones de seres analfabetos,
sin cultura, sobreviviendo lastimosamente fuera del “sistema” que los ignora
como seres humanos.
Y aunque podría seguir, cierro con una frase que “curiosamente”,
también se me apareció ayer, y creo que es un buen corolario para mostrar a lo
que hemos sido llevados, entre otras cosas:
"Cada vez es menos frecuente
encontrarse con gente que pueda contar algo como es debido. Cada vez a menudo
se da un silencio embarazoso en un grupo, cuando alguien desea que se cuente
una historia. Parece como si nos hubieran quitado una capacidad que considerábamos
inalienable, algo que era la más incorporada de nuestras seguridades: la
capacidad de intercambiar experiencias".
"El narrador", Walter Benjamin