jueves, 19 de abril de 2012

Perón y el tango (o como seguir ganándome enemigos)



Siempre se les dice a los jóvenes, que generalmente desdeñan el tango, “no te preocupes, el tango te espera”. Y por cierto, casi siempre ocurre así.  Como todo joven, yo no fui la excepción. Escuchar un tango, me provocaba nauseas. Hasta que llegó un día, en el servicio militar, en Bahia Blanca, en un franco de navidad o año nuevo, solo, lejos de casa, con un compañero ocasional,  que íbamos caminando por la calle sin saber dónde ir, y… cantando tangos. Fue toda una revelación. Por cierto duró bastante tiempo, aprendí a disfrutar de los buenos tangos. Pero mi espíritu crítico a ultranza nunca me da un respiro. Y mi visión de poeta me hacia advertir que la gran mayoría de esos tangos, tenían unas letras que poco tenían que envidiar a la última porquería de moda, o a la peor cumbia villera. No por nada el gran Facundo Cabral decía que los uruguayos (que tanta “simpatía” tienen por nosotros), adoran el tango, “porque en todos muere o, por lo menos, sufre un argentino”. Brillante, magistral observación, más allá de que parezca algo exagerada. Y es así, siempre la nostalgia, el viejo barrio, la mina que lo engañó, la frustración. La gran mayoría de las letras tangueras no salen de eso, y mayormente con una vulgaridad, con una mediocridad total. Incluso aquellos que ya quedaron atrapados por el tango (y en estos casos, ocurre para siempre), tiene considerados como ídolos a… Libertad Lamarque!!!!!! Una voz de pito histérico que se hace intolerable para cualquier buen oído, por favor!!!!!!!!!!!
O sea, el tango es un ancla, un quietismo en el pasado, en el quedarse enquistado en lo conservador, lo que no se mueve, lo que no evoluciona, lo que no progresa.
Pero como además de crítico, nunca analizo las cosas aisladas, por sí solas, se me ocurre pensar en estos 25 años de pseudo-democracia que vivimos. Años, por cierto, enturbiados por sobre todas las cosas, por un accionar del peronismo absolutamente malsano. Desde el gobierno, con corrupciones jamás vistas ni imaginadas, y desde la oposición, haciendo todo lo posible para impedir gobernar. Eso ha sido todo, y quien tenga dos dedos de frente, no podrá negarlo. Por no hablar de períodos anteriores, con una bataclana ignorante en el poder y un brujo negro en las sombras que nos llevaron a lo peor de nuestra historia, o anteriormente, con un fundador-dictador populista encumbrado a caballo de algunos logros que en verdad eran banderas socialistas, con los cuales engañó a la gran masa inculta mientras se enriquecía como todos, y dejaba de lado a todos aquellos que no estuvieran con él. Bajo la dictadura peronista, o eras peronista, o no eras nada. Peor que eso, eras “el enemigo”.
Hoy, asistimos a la peor corruptela jamás imaginada. A un gobierno ensoberbecido y autista que se cree dueño absoluto de la verdad, y acude a los mismos argumentos de siempre (los únicos que conocen): o estás con ellos, o sos el enemigo. Mientras tanto, la economía hace agua por todos lados, la inflación en cualquier momento manda todo al tacho, la educación… cada día es más lamentable, la libertad de expresión no existe, porque si alguien se expresa en contra es ninguneado o manipulado a su antojo, la droga circula libremente por el país como si fuera absolutamente dueña de todo, y la corruptela sigue y sigue y sigue.
Qué hace la gran masa inculta ante todo esto? Calla, aplaude, agacha la cabeza, sigue como si nada ocurriera. La inculta y la no tanto; la otra, o acallada por algún beneficio, o enceguecida por una vida acunada en tangos. Es decir, en el quietismo, en el pasado, en lo conservador, en lo que no evoluciona por temor.
Ante esta triste realidad, me pregunto: No lo habrá inventado Perón el tango?