Quien a crecido amamantado por su madre, mira hoy casi con incredulidad como, a bebes de escaso tiempo, inmediatamente le enchufan una mamadera. Algo, escondido quien sabe donde, le trae el recuerdo de aquellos momentos tan gratos sintiendo el pecho tibio. Obviamente, no lo recuerda, pero en algún rincón de sus genes, esta sensación queda grabada por siempre. Incluso puede ver, en ocasiones, cuando a un bebé le acercan esa “teta de plástico”, fria y áspera, la expresión primaria de disgusto del pobre bebe, aunque inmediatamente se le borre al sentir la leche tibia. Pero ESA expresión, ESA primera sensación, TAMBIEN queda grabada en los genes de ese bebe. Cuan distinto será ese ser, con el tiempo, a aquel que guarda la sensación primera?
Algunas expresiones del Pediatra Carlos Gonzalez, Experto en Lactancia:
"Hace 25 años-recuerda- lo normal era dar el pecho tres semanas y llegar a los tres meses era una heroicidad". La realidad social entraba en contradicción con la científica, la que le mostraban los libros a ese entonces recién licenciado por la Universidad Autónoma de Barcelona. "Si la lactancia era magnífica, ¿por qué nadie lo hacía?", se preguntaba. Era la profunda huella que había dejado el "cambio sociológico que se había producido a principios del siglo XX, con la incorporación de la mujer al mundo laboral, por la fe en el progreso que hacía creer que la leche artificial era mejor que la de la madre y por la publicidad".
"Durante muchos años hubo una fuerte publicidad de que la leche de la madre era mala y la gente se convenció -explica este catalán de adopción. Y es un mito que se ha extendido mucho. "Las madres se dejan convencer de que sus hijos se pueden morir de hambre y encima ven en la etiqueta de la leche artificial que es parecida a la leche materna". El resultado de esta combinación suele ser el destete temprano.
Actualmente, "se ha roto la cadena de transmisión de la información porque ahora las madres se encuentran que sus madres no dieron el pecho porque no pudieron o no quisieron. Pensaban que era retrógado y no quieren que sus hijas caigan en eso. La madre que lacta no encuentra apoyo".
Fragmentos de un diálogo de madres amamantantes:
Ana Sonsino: Las madres que decidimos amamantar a nuestros hijos en régimen de libre demanda y por el tiempo que ambos quisiéramos (respetarlos y respetarnos), que tomamos una decisión informada, solemos respetar también a las madres que deciden no amamantar, sobre todo si han tomado esta decisión después de informarse adecuadamente. Sin embargo, es muy difícil que seamos respetadas, sobre todo por las madres que no pudieron, quisieron o supieron amamantar. Será coincidencia, o será que quien no consigue respetar sus propios instintos, difícilmente logre respetar las necesidades y decisiones de los otros?
Alejandra Marina Mercado (Experta en Lactancia Materna): Si, es muy cierto, siempre se nos trata de extremistas a nosotras, y por lo general es todo lo contrario
Ana Sonsino: Es que hay una ceguera socialmente muy fomentada: si nosotras estamos en un extremo, quiénes están en el otro? o como están parados encima no lo ven?
Yo estoy en el extremo de los que quieren brindar a sus hijos lo mejor sin importarle lo que otros necesiten vender para calmar sus conciecias y/o llenar sus bolsillos!! realmente enfrentamos la prueba de fuego del "no me importa el qué dirán": si logramos amamantar durante más de un año y dejamos de hacerlo sólo cuando sintamos que ya está bien, o nuestros hijos lo decidan, entonces sí que no nos importa nada el qué dirán (sobre todo porque lo dirán infinitas veces, a toda hora, en nuestra cara, sin ningún tipo de respeto por nuestra elección)
Daniela P.: Qué bueno es saber que no soy la única que siente presión social. Cada vez que le doy la teta a Esme en público me miran como si fuera una desubicada.
Desubicada? Desubicadas son aquellas pobres madres que, engañadas por la publicidad, presionadas por tener que salir a trabajar y no poder cuidar a sus hijos, se dejan convencer por las mentiras de esa publicidad, que les dice que la leche es tan buena como la leche materna, cuando ESTO NO ES CIERTO. La propia OMS reconoce que millones de vidas infantiles podrían salvarse con el amamantamiento natural. Pero, obviamente, tienen mucha más difusión, las campañas de los holdings que se enriquecen con la venta de biberones y accesorios, y tiene todo el poder para convencerte de que eso que haces es bueno para tu bebe. MENTIRA.
Algunos pobres ilusos creen que este desacostumbramiento al amamantar, se debe tambien a la iglesia. A la iglesia se le deben un montón de cosas retrógradas y ridículas, antiéticas incluso para la gran mayoria de las personas que no profesan sus credo.
Esta es una muestra más… de que los supuestos progresos de la sociedad industrial y demás… lo que en realidad están haciendo es… deshumanizarnos.
Pero algo se tiene que revelar dentro nuestro.