sábado, 8 de agosto de 2009

Valores

Hagamos una prueba. Pidámosle a la gente que nombre las cinco cosas más importantes en la vida. Y digo cinco, a propósito, para evitar las trampas. Porque si decis tres, seguro que todos caen en lo más obvio, salud, amor, algúno un poco más amplio podría decir amigos, alguno más fanático podría decir sexo.Y despues de eso, incluirían en la lista otros valores. Pocos dirían la verdad. Porque… descartemos lo obvio: salud, solo piensa el que no la tiene, o cuando tienen un problema; amor, generalmente se dice en un sentido egoista, no en sentido general. Asi vamos descartando, y llegamos a lo que verdaderamente mueve al mundo, a todas las personas: el dinero, el poder, el bienestar (propio), el placer. ESOS SON LOS VALORES FUNDAMENTALES en esta sociedad, los que mueven la mayor parte de las acciones. Y así estamos…

Quienes luchamos por un cambio (quines luchamos por un imposible, pero, que remedio… seguimos luchando) sabemos perfectamente que la sociedad está edificada sobre bases totalmente falsas. Sabemos perfectamente que, en una sociedad que se precie de tal, que sea placentera de vivir, que sea justa para TODOS, el unico valor que se debe poner por sobre todos es EL SER HUMANO.

Hoy, la vida, un ser humano, vale menos que un par de zapatillas. Hoy, la vida vale menos que una casa, si ese ser humano que la consigue tiene que dejar la vida para hacerlo, Hoy, un ser humano vale menos que una auto, si el ser humano que lo consigue tiene que envenenarse la vida para hacerlo. Hoy, un ser humano vale menos que un televisor, que una cuenta en el banco, que un poco de sexo.

Si la vida de un ser humano vale más que lo que tiene, si la vida de un ser humano vale más que lo que sabe, si la vida de un ser humano vale más que lo que piensa, entonces, estaremos en una sociedad justa, en una sociedad equilibrada, en una sociedad que valga la pena de llevar ese nombre.

Esta, de hoy, es una jungla, donde no tenemos más remedio que intentar pasarlo lo mejor posible. Lo mejor posible, no como quisieramos.

jueves, 6 de agosto de 2009

Competencia...Competencia?

“Tenés que estudiar para llegar a ser algo”, “Tenés que esforzarte si querés conseguir lo que querés”…

Estos mensajes, generalmente paternos, pero impuestos en ellos por una sociedad mercantilizada, conllevan un doble mensaje en realidad, que pocos son los que lo advierten, los que son concientes de ello: porque en realidad, no se trata de estudiar para ser mejor uno en sí mismo, no se trata de esforzarse para conseguir lo que se quiere para sí mismo. Se trata de adquirir conocimientos para ser MEJOR que el otro, se trata de esforzarse para ser MEJOR que los otros, para conseguir las cosas ANTES que los otros las consigan. Se trata, en definitiva, de entrar en la rueda. En la rueda de la competencia. Si no sos competente, no existís, si no te esforzas, los demás te dejan atrás. Y si te dejan atrás…

COMPETIR, COMPETIR. La vida se transforma en una constante competencia, donde todos son obstáculos, donde todos son rivales. Si te quedás atrás, te pasan por arriba. Este mensaje lleva en sí el miedo. Ese miedo a quedar atrás y no tener posibilidades, ese miedo que impulsa a las gentes, muchísimas veces, a recurrir a cualquier recurso con tal de lograr sus objetivos. Pero siempre, siempre, lo que los impulsa por detrás, es ese miedo. Miedo porque toda competencia, mercantilizada, lo lleva tambien dentro de sí, nadie quiere tener que enfrentarse a la derrota.

Qué bueno sería, en medio de la carrera, pararse al costado del camino…y detenerse a pensar. Y darse cuenta que esa competencia, en realidad, es mentira. Es mentira que necesitás una casa más grande, es mentira que tenés que cambiar el auto, es mentira que necesitas un televisor más grande. VOS no lo necesitas. Vos podés seguir viviendo muy bien con lo que tenés. La que necesita que vos quieras eso, es la sociedad de consumo, los que se enriquecen con esa necesidad falsa que te imponen.

El deportista amateur no se alegra por haber ganado la competencia (sobre todo si sus rivales quedaron muy atrás). Se alegra si en esa competencia logró mejorar en un segundo SU tiempo, si logro saltar un centrímetro más de SU propio record. Porque si no lo hizo ¿de qué vale el triunfo? Y su rival, resignado por su parte por no haberse podido superar a SI mismo, se alegra si su colega si logro hacerlo, y lo felicita. ESA es la verdadera competencia, la que sirve para ser mejor uno para SI MISMO, no CONTRA los demás, no por encima de los demás.

La felicidad…no tiene precio. Si sos feliz con lo que tenés, si podés alimentarte y disfrutar de la vida, de tus placeres más secretos, nadie puede decirte que necesitás más. Nadie puede obligarte a entrar en la rueda del “salvese quien pueda”.

Competir? No gracias… No lo necesito.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Semana Mundial de la Lactancia Materna 1 al 7 de agosto


Quien a crecido amamantado por su madre, mira hoy casi con incredulidad como, a bebes de escaso tiempo, inmediatamente le enchufan una mamadera. Algo, escondido quien sabe donde, le trae el recuerdo de aquellos momentos tan gratos sintiendo el pecho tibio. Obviamente, no lo recuerda, pero en algún rincón de sus genes, esta sensación queda grabada por siempre. Incluso puede ver, en ocasiones, cuando a un bebé le acercan esa “teta de plástico”, fria y áspera, la expresión primaria de disgusto del pobre bebe, aunque inmediatamente se le borre al sentir la leche tibia. Pero ESA expresión, ESA primera sensación, TAMBIEN queda grabada en los genes de ese bebe. Cuan distinto será ese ser, con el tiempo, a aquel que guarda la sensación primera?

Algunas expresiones del Pediatra Carlos Gonzalez, Experto en Lactancia:

"Hace 25 años-recuerda- lo normal era dar el pecho tres semanas y llegar a los tres meses era una heroicidad". La realidad social entraba en contradicción con la científica, la que le mostraban los libros a ese entonces recién licenciado por la Universidad Autónoma de Barcelona. "Si la lactancia era magnífica, ¿por qué nadie lo hacía?", se preguntaba. Era la profunda huella que había dejado el "cambio sociológico que se había producido a principios del siglo XX, con la incorporación de la mujer al mundo laboral, por la fe en el progreso que hacía creer que la leche artificial era mejor que la de la madre y por la publicidad".

"Durante muchos años hubo una fuerte publicidad de que la leche de la madre era mala y la gente se convenció -explica este catalán de adopción. Y es un mito que se ha extendido mucho. "Las madres se dejan convencer de que sus hijos se pueden morir de hambre y encima ven en la etiqueta de la leche artificial que es parecida a la leche materna". El resultado de esta combinación suele ser el destete temprano.

Actualmente, "se ha roto la cadena de transmisión de la información porque ahora las madres se encuentran que sus madres no dieron el pecho porque no pudieron o no quisieron. Pensaban que era retrógado y no quieren que sus hijas caigan en eso. La madre que lacta no encuentra apoyo".

Fragmentos de un diálogo de madres amamantantes:

Ana Sonsino: Las madres que decidimos amamantar a nuestros hijos en régimen de libre demanda y por el tiempo que ambos quisiéramos (respetarlos y respetarnos), que tomamos una decisión informada, solemos respetar también a las madres que deciden no amamantar, sobre todo si han tomado esta decisión después de informarse adecuadamente. Sin embargo, es muy difícil que seamos respetadas, sobre todo por las madres que no pudieron, quisieron o supieron amamantar. Será coincidencia, o será que quien no consigue respetar sus propios instintos, difícilmente logre respetar las necesidades y decisiones de los otros?

Alejandra Marina Mercado (Experta en Lactancia Materna): Si, es muy cierto, siempre se nos trata de extremistas a nosotras, y por lo general es todo lo contrario

Ana Sonsino: Es que hay una ceguera socialmente muy fomentada: si nosotras estamos en un extremo, quiénes están en el otro? o como están parados encima no lo ven?

Yo estoy en el extremo de los que quieren brindar a sus hijos lo mejor sin importarle lo que otros necesiten vender para calmar sus conciecias y/o llenar sus bolsillos!! realmente enfrentamos la prueba de fuego del "no me importa el qué dirán": si logramos amamantar durante más de un año y dejamos de hacerlo sólo cuando sintamos que ya está bien, o nuestros hijos lo decidan, entonces sí que no nos importa nada el qué dirán (sobre todo porque lo dirán infinitas veces, a toda hora, en nuestra cara, sin ningún tipo de respeto por nuestra elección)

Daniela P.: Qué bueno es saber que no soy la única que siente presión social. Cada vez que le doy la teta a Esme en público me miran como si fuera una desubicada.


Desubicada? Desubicadas son aquellas pobres madres que, engañadas por la publicidad, presionadas por tener que salir a trabajar y no poder cuidar a sus hijos, se dejan convencer por las mentiras de esa publicidad, que les dice que la leche es tan buena como la leche materna, cuando ESTO NO ES CIERTO. La propia OMS reconoce que millones de vidas infantiles podrían salvarse con el amamantamiento natural. Pero, obviamente, tienen mucha más difusión, las campañas de los holdings que se enriquecen con la venta de biberones y accesorios, y tiene todo el poder para convencerte de que eso que haces es bueno para tu bebe. MENTIRA.

Algunos pobres ilusos creen que este desacostumbramiento al amamantar, se debe tambien a la iglesia. A la iglesia se le deben un montón de cosas retrógradas y ridículas, antiéticas incluso para la gran mayoria de las personas que no profesan sus credo.

Esta es una muestra más… de que los supuestos progresos de la sociedad industrial y demás… lo que en realidad están haciendo es… deshumanizarnos.

Pero algo se tiene que revelar dentro nuestro.

somos mucho mas que dos



El lobo estepario simplifica su sino diciéndose a sí mismo que esta dividido en dos: una mitad hombre, y una mitad lobo. Desconoce entonces que estamos divididos en realidad en múltiples personalidades, que pugnan dentro nuestro por manifestarse, a las cuales intentamos desarrollar en algún caso, o desoímos en otro. En cada acto de nuestra vida, en cada situación, nuestros yoes internos libran una lucha encarnisada por ser ellos los que respondan, los que se manifiesten. Así, al pronunciarse uno de ellos, es en esa dirección que vamos haciendo nuestro camino; cuando es el niño el que lo hace, somos niños; cuando es el violento, somos violentos; cuando es el intelectual, somos intelectuales. Medianamente, una de esas personalidades predominan, y en definitiva, terminamos creyéndonos eso. Pero, alguna vez se preguntaron, cuantas personalidades, cuantas actitudes que podrían haber sido propias, acallaron dentro suyo? A confesión de partes, relevo de culpas: personalmente, siempre me incliné hacia lo intelectual, hacia la lectura, hacia el arte, hacia el alimento del espíritu; soy tan flaco, que un viento fuerte podría voltearme; nunca me interesó lo físico. No puedo escuchar música quieto, muevo la cabeza, tarareo, sacudo los pies, pero… bailar? Nunca me interesó. Me encanta el futbol, jugué mucho de pibe, tengo inteligencia como para saber jugarlo bien, pero sería un imposible para mi. Pero sin embargo… siempre hay oportunidades para todo… En una época, tenía una amiga actriz, que hacia expresión corporal, había estudiado con María Fux; siempre estábamos juntos, la quería muchísimo (no, ni estaba enamorado ni estaba caliente con ella, eramos como almas gemelas). Empezó a dar unos cursos de expresión corporal… y por hacer un poco de número, me anoté. Y de repente, me encontraba haciendo coreografías, volando por los aires, hasta terminé preparando un cuadro con un tema de Piazzolla. De pronto, estaba volando por el aire, y yo mismo me decía ¿qué estoy haciendo? Pero saben una cosa? Me sentía maravillosamente bien!!! Lo disfrutaba muchísimo! Claro que fue una cosa de momento, nunca sería un Juan Luis Guerra ni mucho menos, mi mente no estaba preparada para eso. Mi mente puede ser capaz de leer 200 libros en un mes, pero sería imposible afrontar diez o doce horas diarias de esos ejercicios. No sólo físicamente, mentalmente no lo soportaría, no estoy preparado para eso.

Pero vaya como ejemplo. Sé de alguien, todo un señor ejecutivo, muy serio y circunspecto, que en una época de mucho stress, volvió a una locura de su juventud: agarró de vuelta la guitarra, y se pasaba horas tocando blues en la casa. Me decía la mujer: “tenes que verlo, es increíble como se pone, como lo disfruta”.

Y si, seguramente.

Nunca somos uno. Nunca somos dos. Somos mucho más que eso.

A que no se atreven!


El lobo estepario

El hombre tiene la facultad de entregarse por entero a lo espiritual, al intento de aproximación a lo divino,al ideal de los santos. Tiene también, por el contrario, la facultad de entregarse por completo a la vida del instinto, a los apetitos sensuales y de dirigir todo su afán a la obtención de placeres del momento. Uno de los caminos acaba en el santo, en el mártir del espíritu, en la propia renunciación y sacrificio por amor a Dios. El otro camino acaba en el libertino, en el mártir de los instintos, en el propio sacrificio en aras de la descomposición y el aniquilamiento. Ahora bien, el burgués trata de vivir en un término medio confortable entre ambas sendas. Nunca habrá de sacrificarse o de entregarse ni a la embriaguez ni al ascetismo, nunca será mártir ni consentirá en su aniquilamiento. Al contrario, su ideal no es sacrificio, sino conservación del yo, su afán no se dirige ni a la santidad ni a lo contrario; la incondicionalidad le es insoportable; sí quiere servir a Dios,pero también a los placeres del mundo; sí quiere ser virtuoso, pero al mismo tiempo pasarlo en la tierra un poquito bien y con comodidad. En resumen, trata de colocarse en el centro, entre los extremos, en una zona templada y agradable, sin violentas tempestades ni tormentas, y esto lo consigue, desde luego, aun a costa de aquella intensidad de vida y de sensaciones que proporciona una existencia enfocada hacia lo incondicional y extremo. Intensivamente no se puede vivir más que a costa del yo. Pero el burgués no estima nada tanto como al yo (claro que un yo desarrollado sólorudimentariamente). A costa de la intensidad alcanza seguridad y conservación; en vez de posesión de Dios, no cosecha sino tranquilidad de conciencia; en lugar de placer, bienestar; en vez de libertad, comodidad; en vez de fuego abrasador, una temperatura agradable. El burgués es consiguientemente por naturaleza una criatura de débil impulso vital, miedoso, temiendo la entrega de sí mismo, fácil de gobernar. Por eso ha sustituido el poder por el régimen de mayorías, la fuerza por la ley, la responsabilidad por el sistema de votación.

Hermann Hesse

Teatro magico.

Entrada no para cualquiera.

No para cualquiera.

Solo para locos!!!